![]() Por Jessica Pacheco Hace más de 30 años, se sugirió que la hiperactividad relacionada con las dificultades de aprendizaje podía atribuirse en gran medida a los colorantes alimentarios artificiales, así como a ciertas frutas y verduras que contienen salicilatos y azúcar. Desde entonces, numerosos científicos han intentado probar estas teorías, pero los resultados siguen siendo controversiales. ¿En qué consiste el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)? Como promedio, el TDAH afecta a un niño por clase; se trata de niños impulsivos, con tendencia a moverse y hablar en exceso, e incapaces de mantener la atención y organizar tareas. Los niños con TDAH pueden experimentar serias dificultades en su rendimiento escolar y uno de cada dos arrastran este lastre en su vida adulta, ya que son incapaces de conservar un empleo o incluso de atender sus compromisos. Se desconoce la causa precisa del TDAH, aunque hay indicios de que tiene una gran influencia genética. En investigaciones recientes se han descubierto diferencias en la actividad cerebral de los niños con TDAH en comparación con la de niños sin TDAH, particularmente en las áreas que regulan la atención, la concentración y la inhibición de impulsos. Los medicamentos psicoestimulantes, como la anfetamina y el metilfenidato, se utilizan de forma generalizada para ayudar a controlar los síntomas, pero no curan el trastorno. ¿Tiene la dieta algo que ver? En la Universidad de Southampton (Reino Unido), científicos estudiaron los cambios en el comportamiento que experimentaban un grupo de niños, suministrando alternadamente jugo de frutas sin aditivos y jugos de frutas con colorantes que, además, contenían el conservante benzoato de sodio (muy utilizado como conservador). El comportamiento de los niños fue monitoreado. Se comprobó que cuando los niños tomaban estas bebidas se producía un aumento de hiperactividad, aunque los resultados no eran similares en todos los niños. Se observó también que el deterioro de comportamiento se producía en los niños en general y no sólo en los que habían sido diagnosticados con hiperactividad. Según un informe publicado por Center for Science in the Public Interest , los estudios realizados sobre los colorantes de alimentos han encontrado una relación entre estos y varias afecciones para la salud, incluyendo TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) en niños. Los colorantes de alimentos relacionados con hiperactividad son Azul 1 y 2, Rojo 40, y Amarillo 5 y 6. ¿Deberíamos preocuparnos por los colorantes alimentarios artificiales? No hay una respuesta científica definitiva sobre el papel de los colorantes alimentarios artificiales en el TDAH. No obstante, las personas que quieran evitar su consumo pueden saber si un producto alimentario los contiene leyendo la lista de ingredientes. Se cree que otros factores de la dieta desempeñan un papel en el TDAH; se han observado deficiencias de ácidos grasos de cadena larga omega-3 ó 6 en algunos niños con TDAH. Muchos padres y algunos profesores están convencidos de que hay una relación entre la dieta y el TDAH; quizás las personas más cercanas a los niños son capaces de percibir efectos de la dieta que los médicos no detectan. Es preciso realizar más estudios sobre el posible impacto negativo de componentes específicos de la dieta en el comportamiento infantil. Referencias American Psychiatric Association (2000) Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-IV-TR. Text Revision, Fourth Edition, Washington, DC. Feingold BF (1977) Behavioral disturbances linked to the ingestion of food additives. Delaware Medical Journal Feb;49(2):89-94,1977. National Institutes of Health (1982) Defined Diets and Childhood Hyperactivity. 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Jose Alberto Ortega
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